Un caso no tan ficticio

27 May

Una inspectora educativa entra en un aula donde el profesor está tirándose de los pelos. El alumnado no aprende y es indisciplinado, él se queja de falta de recursos.

La inspectora coge una tiza de color rojo y empieza a preguntar a los alumnos. Qué es esto, cómo se obtiene, para qué sirve, que otros colores hay, cuáles son los colores cálidos y cuáles los fríos, qué transmiten,… Al final les divide en grupos para que investiguen sobre minerales usados en el arte, artistas que usan colores cálidos y/o fríos en su obra, creaciones con tizas… Que elaboren sus propias obras a partir de colores fríos y cálidos, que mezclen distintos materiales… Que expliquen a sus compañeros lo realizado y sean ellos mismos quienes evalúen su trabajo y el de otros.

El profesor está impresionado de los conocimientos que han demostrado y de cómo desde lo más sencillo se pueden crear actividades significativas de aprendizaje. Le agradece a la inspectora su ayuda y ésta se marcha.

Al mes, la inspectora vuelve, y se encuentra el mismo caos.
– Pero ¿no entendió usted nada?
– Señora inspectora…¡es que no encontré tiza de color rojo!

Dejadme en comentarios qué moraleja escribiríais para esta historia.

Una respuesta to “Un caso no tan ficticio”

  1. Helena 28 abril, 2017 a 13:20 #

    Me encanta esta historia. Trabajo con niñas y niños en riesgo.Un saludo

Deja un comentario